Higiene en la cocina, ¡alerta niños!
Mantener limpio el pavimento o los utensilios de cocina es básico, pero no suficiente para alejar a los microorganismos. Los niños son especialmente sensibles. Evita sobresaltos.
La cocina es un punto estratégico de la casa. Un lugar de encuentro donde se preparan los alimentos, se charla, donde los niños hacen los deberes o se puede ver la televisión... Los hábitos de vida han devuelto a este espacio del hogar la importancia que tenía con nuestras abuelas, de ahí que debamos ser especialmente cuidadosos con su limpieza.
Mantener el menaje de cocina en perfecto estado, así como pavimentos o encimeras, no es suficiente. Los niños son especialmente sensibles a los agentes tanto químicos como biológicos, entre los que se incluyen los microorganismos. Su sistema inmunológico es incapaz, a veces, de hacer frente a una potencial infección. Así lo asevera un informe del Instituto Silestone para la Higiene en la Cocina (ISHC), una plataforma en el que se cambian opiniones y se agregan estudios e informes sobre la higiene en la cocina.
Maite Pelayo, microbióloga y portavoz técnica del mencionado Instituto Silestone, afirma que "la higiene no sólo es limpieza, sino también desinfección", de ahí que recomiende la necesidad de eliminar todos los microorganismos para que nos encontremos en un entorno que sea saludable, en el sentido más amplio del término. La experta indica que es "en la cocina y en el baño" donde se concentra el mayor número de bacterias al ser las zonas donde se condensa mayor grado de humedad.
Este aspecto sí podemos controlarlo: cocinar y comer de forma seguida sin dejar los alimentos expuestos al calor o refrigerarlos adecuadamente es fundamental.
La temperatura es clave. Los microorganismos patógenos se suelen desarrollar a partir de los 37 grados centígrados a esa temperatura se multiplican por millones y el verano es un factor de riesgo añadido, de ahí que no se deban dejar los alimentos a temperatura ambiente, especialmente en esa época, argumenta Maite Pelayo.
Temperaturas bajas de refrigeración o congelación impiden que se multipliquen los tóxicos. Aunque en el proceso de congelación hay algo de mortalidad, las bacterias no se eliminan por completo. Sin embargo, temperaturas muy altas en la elaboración de los alimentos -fritos o cocidos- a partir de 65 grados centígrados (149 Farenheit) sí las suprimen.
Los niños son los más expuestos a este tipo de infecciones pues son los más vulnerables a todo tipo de contaminantes. Sus órganos están en proceso de desarrollo y tienen menor capacidad para eliminar estos tóxicos. Hay que protegerles, indica la técnica de Silestone.
Por Inmaculada Tapia.
EFE REPORTAJES.
Ver Desinfectantes aquí click aquí
volver Nuestros Productos
|
|
|